22 nov 2009

La espontaneidad del instinto

¿Qué tienen los niños y los animales en común? Yo diría: la espontaneidad del instinto.

De hecho, me refiero a dos ejercicios, cada uno experimentado en una clase diferente. En el primero, había que elegir un animal y coger una característica suya. Luego, hicimos improvisaciones quedándonos con esta característica apenas visible.
En el segundo ejercicio, que tomó lugar el martes pasado (17-nov), teníamos que acordarnos de nuestra infancia y de la habitación que teníamos a los 6~9 años. Después improvisamos como niños.

Lo interesante aquí es el comentario formulado por mis compañeros al final de la clase pasada. Cuando nos ponemos en la piel de un animal o de un niño, aunque ni somos el uno ni el otro, de cierta manera somos más espontáneos en nuestra forma de ser. Como humano/animal (lince), me mostré más directo con la gente. Como niña, una compañera mía mordió a un niño-compañero, cuya reacción era muy expresiva, menos contenida que si hubiera actuado como adulto. El censor cultural que mencioné en mi última entrega no existe para el animal y se está contruyendo en la mente del niño, entonces el instinto (y consiguientemente la espontaneidad) tiene aún más importancia.

Esta cuestión me interesa mucho porque a nivel personal, el 2009 ha sido muy significativo por varios acontecimientos que me han ocurrido. Una de las consecuencias positivas es haber vuelto en fiarme mucho más en mi instinto y me va muy bien así. Me siento algo felino…

13 nov 2009

La mente: ¿mi mejor enemiga?

Antes de todo, dar las gracias a los que han dejado comentarios aquí así como a los que me han escrito un mail personal para felicitar y animarme por este blog :-) La 2ª entrada no es nada fácil de entregar, por eso han pasado casi dos semanas desde la publicación de la 1ª entrada.

Cada clase de teatro empieza con una sesión de relajación. Con mucha conciencia, hay que registrar cómo se encuentra el cuerpo aquí y ahora, así como parar la mente.

¿Cómo parar la mente? ¿Para qué parar la mente?

¿Cómo?

Creo que no hay una respuesta hecha, ni un modo de empleo que seguir. Esto se aprende a nivel personal, es un proceso largo. Para mí, hay días en los que logro hacerlo y otros que no. Cuando me sale bien, tengo conciencia de mi cuerpo y suelto los pensamientos de la vida cotidiana. Vienen y se van. A veces, son más fuertes y no logro pararlos.

¿Para qué?

Aunque no sé muy bien a qué técnica recurro para parar la mente, varias experiencias (buenas y malas) me han ayudado a darme cuenta de la importancia de este proceso.
El martes pasado, parar la mente (no al 100%, pero casi) me permitió meterme de verdad en la situación expuesta por Vero. Primero, he de explicar las dos etapas anteriores a la situación propuesta.

1- Empezamos con la relajación. Tumbado en el suelo, me enfoqué en mi cuerpo y con mucha conciencia, registré cómo estaba (mi respiración, mi postura, la temperatura, etc.). Me vinieron algunos pensamientos que logré soltar. ¡Sin pensármelo! Mente parada...
Luego, de a dos, nos dimos y recibimos un masajito de unos minutos durante el que me centré en las sensaciones que me dio la compañera. ¡Sin pensármelo! Mente parada...

2- Improvisamos un baile siendo concientes de nuestros movimientos abriendo o cerrando algunas partes de nuestro cuerpo. ¡Sin pensárnoslo! Mente parada... Abrí los ojos para echar un vistazo hacia los demás compañeros e inspirarme de algunos de sus movimientos. ¡Sin pensármelo! Mente parada... Las pocas veces que intervino la mente, pensé: "tengo frío". Pero la paré al cabo de un segundo.

3- Después de la relajación y del baile, tuvimos que recordarnos de un ex amor. No sé por qué, ningún recuerdo de este tipo me vino, sino uno de mi infancia. Ni me lo pensé (¡mente parada!) y reviví aquel momento del pasado en mi cuerpo, recordando las sensaciones de antes y sintiendo las de ahora. ¡Sin pensármelo! Mente parada...
Al oír su nombre, cada compañero tenía que hablar, no para describir el recuerdo sino para contar algo, hablar con el objeto del recuerdo. Cuando me tocó, mi mente intervino sólo para ayudarme a decir las frases en español (con la mente bastante bien neutralizada, ya que me di cuenta después de la clase de que había torturado el idioma de García Lorca).
Lo más fuerte para mí es cuando otros compañeros hablaban. Les escuché y a la vez estaba viviendo mi recuerdo y las sensaciones que me estaba dando. ¡¡Lloré un par de veces!! Solté las lágrimas sin pensármelo, sin sufrir, sólo registrando lo que me estaba pasando.

Y ahora, ¿qué?

Hoy, he intentando tratar de un tema para el que estoy en pleno proceso. Digamos que no tengo la distancia suficiente para poder hablar de cómo se para la mente. Pero si soy conciente de su importancia.
La mente es un censor cultural. Se nos enseña desde pequeños que hay cosas que no se dicen, ni se hacen en público. El reto del actor es parar el censor este para dejarse llevar y entregarse a su arte.
El día 3 pasado, no logré parar la mente. Resultado: no me dejé sorprender por los compañeros con quien estaba improvisando, no me lo creía así que no pude crear verdad con ellos.
El día 10 pasado, me metí de verdad y, a pesar de la sensación de frío que me impidió abrirme al 100%, me dejé ir y mis lágrimas fueron un símbolo de ello.

Confío que con la experiencia, dominaré la técnica para parar la mente. También, creo que este trabajo de conciencia puede ayudar en la vida cotidiana, para abrirme más a las personas que amo…

1 nov 2009

El laboratorio teatral

El día 6 del mes pasado, empecé el 3º curso de La Escuela Teatro ubicada en el barrio de Gràcia de Barcelona. (Encontraréis La Escuela Teatro en mi lista de blogs.)

Este año, uno de nuestros objetivos es la puesta de una escena de Molière (comedia) o William Shakespeare (tragedia) y presentarla al público. Mientras empezaremos este trabajo a partir del día 3, también seguiremos con el "laboratorio". De esta experiencia quiero tratar hoy.

Vero (nuestra profesora) nos pidió que trajéramos un texto que nos toca personalmente. El día 20, traje el texto de una canción titulada "Mother and Father" en la que Madonna canta sobre la muerte de su madre y su furia y soledad después del acontecimiento. Me puedo relacionar con estos temas, por eso elegí este texto. Después de la primera lectura que hice del texto, Vero me propuso un trabajo con una estética “Pop-Almodóvar”. O sea, muchos colores para una situación divertida para actuar. Y claro, la canción es la fuente de inspiración para definir mi personaje adicto a los colores vivos.

La semana pasada, presenté mi escena. Al principio, me salió más o menos bien y Vero me interrumpió para hacerme sugerencias. Cuando volví a empezar, me salió bien. La historia: Entro en un piso y llamo a la dueña (en francés) pero ella no responde ya que todavía se encuentra en París. Mi personaje empieza a limpiar la casa. La limpieza se convierte en un baile descontrolado cuando él empieza a escuchar “Mother and Father”. De repente, para de bailar para coger el teléfono. Madame Dubois está a punto de llegar.

La escena puede parecer muy sencilla y hasta dar la sensación de carecer de interés. Sin embargo, lo interesante es que el personaje puede contaros más cosas que las que he presentado aquí. También, esta mezcla de francés y español cuando él habla con su jefa da juego y puede hacer reír, o no.
Pero el reto fue abrirme y largarme mientras estaba bailando. Qué sí bailo sólo en mi casa, como lo hice en clase. Pero en clase, detrás de la cuarta pared, había 11 personas mirándome a mí. Este tipo de reto me podría ayudar a abrirme más. Time will tell!

Espero que sigamos con el laboratorio en clase. Me parece apasionante y lleno de sorpresas. Además, creo que puede tener un impacto en mi vida fuera del teatro…